Según la FAO, cada año se pierden cerca del 40 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo por la propagación de plagas y enfermedades en las plantas.

Al proteger la salud de las plantas podemos ayudar a erradicar el hambre, reducir la pobreza, proteger el medio ambiente e impulsar el desarrollo económico.

Además, las plantas constituyen el 80 por ciento de los alimentos que comemos y producen el 98 por ciento del oxígeno que respiramos. Sin embargo, se enfrentan a la amenaza constante y creciente de plagas y enfermedades.

Proteger las plantas de plagas y enfermedades es mucho más rentable que hacer frente a las emergencias fitosanitarias a gran escala. Las plagas y enfermedades son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo y dinero.

Para fortalecer la sanidad vegetal se necesita la cooperación mundial, sin embargo, muchas plagas de las plantas necesitan estrategias a nivel local y regional, por lo que se debe invertir en sistemas de combate y detección precoz, por lo que se considera que la fórmula perfecta es que la Organización Nacional de Protección Fitosanitaria de cada país tenga todos los elementos operativos, incluso económicos, científicos, para estar siempre atentos y actualizados sobre los riesgos.

En consideración con lo anterior, es importante resaltar que, en el marco del “Año Internacional de la Sanidad Vegetal”, en México festejaremos por partida doble, ya que también conmemoramos el 120 aniversario de la institución de la primera dependencia encargada del manejo de la fitosanidad en nuestro país: Comisión de Parasitología Agrícola

Actualmente, todas las acciones enfocadas a la prevención, control y erradicación de plagas que afectan a los vegetales, sus productos o subproductos le competen al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, SENASICA.

Hay mucho que decir de este tema, mucho que agradecer a hombres y mujeres que como verdaderos héroes y heroínas protegen nuestra alimentación y también al SENASICA, pues su trabajo diario permite que, en estos momentos de pandemia, los alimentos se mantengan sanos e inocuos y así #ElCampoNoSeDetiene.

 

 

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