Tras la fuerte tendencia alcista que hemos observado en el maíz desde el pasado 4 de agosto, en el que logró avanzar en su plazo a julio un espectacular 25.91% al cierre del 27 de noviembre, en el que tocara niveles de 172.13 dólares/tonelada, el maíz metió reversa para caer 3.14% a lo largo de la semana pasada, equivalentes a 5.41 dólares/tonelada, para ubicarse al cierre del viernes en niveles de 166.72 dólares.

De las cinco sesiones, subió el miércoles y el jueves, mientras que las bajas se dieron abriendo la semana, el lunes y martes, cerrando el viernes de nueva cuenta en terreno negativo.

Varios fueron los factores que empujaron al maíz a cerrar en terreno negativo.

En primera instancia, mucho se ha especulado sobre problemas de falta de humedad en Sudamérica, concretamente en Argentina y Brasil, los cuales son fuertes competidores de Estados Unidos en lo que a exportaciones de maíz y soya se refiere hacia China, particularmente Brasil; sin embargo, los pronósticos climatológicos del fin de semana anterior, más los que se fueron sumando a lo largo de la semana, mostraron buenas lluvias para Brasil y Argentina, particularmente en zonas donde el agua era requerida, lo que podría acallar los rumores de una menor producción de maíz en el cono sur.

Por otra parte, las bajas afectaron técnicamente la acción de precios para los fondos de inversión (especuladores), que dicho en idioma humano, significa que se rompieron pisos en precios que les indicarían, según su análisis, que es momento de ir cerrando parte de sus posiciones compradoras en el mercado, lo que equivale a mandar señales de venta.

Al cierre de la semana pasada, los fondos tenían posiciones compradoras por 288,000 contratos equivalentes a 36.6 millones de toneladas de maíz, es decir, el equivalente a un año y medio de lo que produce nuestro país. En cuanto consideran que tienen un riesgo alto, se empiezan a deshacer de posiciones rápidamente.

Una de las razones para las fuertes alzas que hemos visto en el mercado ha sido la importante demanda de maíz y soya norteamericana por parte de China, y salvo el jueves en el que se especuló que China habría comprado el equivalente a 1 millón de toneladas, el país asiático brilló por su ausencia en los reportes de compras semanales.

Los participantes del mercado quedaron pendientes del reporte del USDA publicado el viernes sobre ventas de exportación semanales, el cual se ubicó dentro del rango esperado en 1.3 millones de toneladas, pero 18% por debajo del dato de la semana anterior y 14% menos que el promedio de las últimas cuatro semanas, lo que evidentemente no fue bien visto por los fondos que activaron fuertes ventas de maíz.

Cabe destacar que entre los importadores de maíz norteamericano destacó México con 656,900 toneladas.

A todo lo anterior se vinieron a sumar los incrementos en inventarios de etanol que muestran ya una clara reducción en la demanda de maíz para su producción.

Finalmente y por curioso que parezca, a pesar de que el índice dólar tuvo una fuerte caída la semana pasada al perder 1.10% y acumular una pérdida del 5.48% a lo largo del 2020, lo que debería haber sido positivo para las cotizaciones de maíz como lo fue para otras materias primas como el petróleo y el oro, no lo fue.

De hecho, esta depreciación del dólar se tradujo en una fuerte apreciación del peso que cerró el viernes pasado en niveles de 19.80 pesos/dólar, lo que sin duda no es bueno para los agricultores de nuestro país.

Por lo pronto, el próximo jueves hay reporte sobre oferta y demanda del USDA, el cual será revelador y sin duda influirá en los movimientos de precio.

¿Será que estamos ante un cambio de tendencia en el maíz? Nadie lo sabe aún, lo que es un hecho, es que aún hay muy buenos precios para que nuestros productores del ciclo otoño-invierno los aseguren a través de las coberturas de precios.

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