El arroz es el cultivo básico más grande del mundo y proporciona alimentos a la mitad de la población del planeta. En las próximas décadas, a medida que el número de personas aumente aún más, el arroz desempeñará un papel aún más crítico en la alimentación de miles de millones.

Sin embargo, hay problemas en el horizonte para el cultivo de arroz, advierten investigadores de la Universidad de Stanford. Una de las principales causas de preocupación es el cambio climático que podría causar estragos en el clima en las principales regiones productoras de arroz, producciones devastadoras.

El estudio de los investigadores, publicado en la revista Nature Communications, muestra que para fines de siglo los rendimientos de arroz podrían caer hasta un 39%. Eso, dicen, “tendría consecuencias devastadoras en partes del mundo que dependen del cultivo como fuente básica de alimentos”.

Peor aún: el calentamiento de las temperaturas podría desencadenar cambios en el suelo de los arrozales, lo que llevaría a un aumento de arsénico en el arroz. De hecho, argumentan que en el futuro el arroz podría contener el doble de arsénico tóxico que en la actualidad.

“Nuestros hallazgos indican que los cambios inducidos por el clima en el comportamiento del arsénico del suelo y la respuesta de la planta conducirán a pérdidas actualmente imprevistas en la productividad y calidad del grano de arroz”, escriben los científicos.

Esa es una mala noticia porque para el año 2100 podría haber hasta 10 mil millones de personas en el planeta, y la mitad de ellas dependen del arroz como alimento básico principal de su dieta.

“Es muy probable que sea un problema donde se consume la mayor parte del arroz, por lo que pensamos en el sur y el este de Asia”, observa Tianmei Wang, un candidato a doctorado en ciencias del sistema de la Tierra que fue coautor del estudio. “Especialmente para personas como mi papá. Consume arroz tres veces al día y simplemente no puede vivir sin él”.

El arroz se cultiva en arrozales inundados, lo que ayuda a liberar el arsénico del suelo. El arroz de hoy contiene cantidades relativamente pequeñas de arsénico, pero en algunas regiones ese contenido es más alto y pronto podría aumentar.

Los científicos descubrieron esto cultivando plantas de arroz en invernaderos donde controlaban la temperatura. Descubrieron que los marcados aumentos en las temperaturas causaban que los microorganismos en el suelo filtraran más arsénico que ya estaba en el suelo al agua de los arrozales en cultivo.

Esto hizo que las plantas absorbieran más arsénico. Cuando eso sucedió, el arsénico impidió que las plantas de arroz absorbieran nutrientes de manera efectiva, lo que retrasó su crecimiento. En algunos escenarios, los rendimientos disminuyeron hasta en un 40%.

“Los cambios futuros en el suelo debido a temperaturas más altas combinadas con condiciones de inundación hacen que las plantas de arroz absorban arsénico a niveles más altos, y el uso de agua de riego con arsénico elevado natural agrava el problema”, explica la Universidad de Stanford en un artículo en los hallazgos. “Si bien estos factores no afectarán a todos los productos básicos mundiales de la misma manera, se extienden a otros cultivos de inundación, como el taro y el loto”.

El arsénico es un químico semimetálico que ocurre naturalmente en suelos y sedimentos. En cantidades más pequeñas, su exposición inofensiva pero prolongada puede conducir a una variedad de condiciones de salud adversas, incluido el cáncer. Los bebés y los niños están especialmente en riesgo.

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