Existe una relación directa entre el brillo solar acumulado, el número de botones florales y la producción de café, los cuales dependen a su vez de factores como densidad de la siembra, temperatura del aire y del suelo y disponibilidad hídrica, además del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono de las plantas.
Así lo determina una investigación adelantada por Olga Lucía Ocampo López, doctora en Ingeniería Automática de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, quien durante su estudio estableció cuáles son las condiciones ambientales necesarias para una apropiada floración del café en los trimestres de mayor florecimiento, considerando que las variables climáticas influyen directamente en el cultivo de café y en el ciclo del agua.
Dentro de las variables climáticas que influyen en la productividad cafetera se analizaron: precipitación, temperatura, humedad relativa, viento, evapotranspiración, brillo y radiación solar; además se contempló el análisis de escenarios futuros de cambio climático y la proyección de sus efectos.
Según la doctora López, para la zona cafetera se manejan los siguientes datos: brillo solar diario promedio de 4,8 horas y no mayor de 7,5 horas; entre 60 y 65 días de déficit hídrico moderado, o entre 20 y 30 días de déficit hídrico fuerte por trimestre; como mínimo 1.100 °C de tiempo térmico acumulado y menos de 50 días por trimestre con amplitud térmica inferior a 10 °C.
También se evaluaron las alteraciones producidas por el fenómeno de El Niño y los posibles efectos por cambio climático en el balance hídrico y en la productividad cafetera, empleando modelos de cultivos, los cuales son útiles para evaluar y predecir escenarios, ya que incluyen factores climáticos y del suelo, además de una amplia gama de prácticas de manejo que afectan la producción de los cultivos.
“Estos se usan para representar los procesos fundamentales de la producción vegetal, como la interceptación de la radiación, la fotosíntesis y el ciclo del agua o del nitrógeno; son modelos matemáticos que describen la interacción entre el crecimiento del cultivo, las dinámicas de carbono y nitrógeno del suelo y los procesos ambientales”, detalla la investigadora.
Clima y producción
Cada región cafetera tiene un clima que conduce a un comportamiento específico de la planta y determina su productividad. “La disponibilidad de agua y energía solar juega un papel importante en la producción y es necesaria para el crecimiento y desarrollo de la planta”, puntualiza la ingeniera Ocampo.
“Para medir los efectos del cambio climático en la actividad agrícola, inicialmente realizamos encuestas de opinión a expertos; luego, en experimentos de laboratorio estudiamos los efectos de cambios en la temperatura sobre la producción de algunos cultivos, de tal manera que los resultados nos permitieran predecir cómo se alterarían los cultivos en diferentes escenarios climáticos”, detalla.
Además se aplicaron diferentes técnicas matemáticas y estadísticas para el análisis de la información obtenida de estaciones en tierra y de datos disponibles en los sensores remotos.
También se realizó el downscaling estadístico, una reducción de escala para obtener información de alta resolución a partir de variables de baja resolución, la cual permitió hacer un análisis de aptitud climática para el cultivo del café.
El objetivo de la investigación es que los resultados puedan ser integrados por la Federación Nacional de Cafeteros, la Gobernación de Caldas y Corpocaldas en los planes de adaptación climática y gestión del riesgo en beneficio de la caficultura regional.
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