Adoptar nuevos sistemas, técnicas o procesos productivos que conduzcan al incremento de la competitividad de un productor, es renovar la actividad agrícola.

La reconversión de cultivos, se refiere al cambio de producto o actividad que permita un mejor aprovechamiento del suelo, favorezca la fertilidad del mismo y rompa con los ciclos biológicos de plagas y enfermedades para tener un control efectivo e impedir que se vuelvan inmunes o resistentes.

Por tanto, este cambio ya sea de producto o actividad representa una mayor rentabilidad económica y viabilidad social para el productor, porque se aprovechan las ventajas comparativas y competitivas, y se pueden ofrecer productos con valor en los mercados interno y externo.

Los tipos de reconversión que se pueden realizar son: mudar de un cultivo anual por otro del mismo ciclo; cambiar de cultivos anuales a perennes, por ejemplo, en el área de cultivo que estaba destinada a cereal establecer en su lugar un frutal determinado, otro ejemplo es cuando se intercalan cultivos anuales de temporal por pastizales.

Asimismo, pueden presentarse cambios de giro entre los diferentes sectores productivos, por ejemplo, al pasar de una actividad agrícola a una pecuaria o de una pecuaria a una forestal.

Ante los desafíos actuales que enfrenta el sector agrícola nacional como son: producción excedentaria y su comercialización, cambio climático y bajos rendimientos, la Secretaría de Agricultura, fomenta programas de reconversión productiva y de manejo del suelo, así como de uso eficiente del agua para cultivos agrícolas sumados al empleo de nuevas tecnologías para contrarrestar dicha problemática.

El objetivo es sumar cada vez más hectáreas a la reconversión de cultivos, para que se destinen a granos como sorgo, avena, trigo, oleaginosasl, además de cultivos perenes como naranja, nogal, limón, mango, palma de coco y plátano.