• Se busca gestionar los recursos naturales de manera sustentable en un planeta cada vez más agotado
• Los egresados de la UNAM están preparados para estos nuevos cambios: Rubén Vargas Márquez, coordinador de la carrera de Ingeniería Agrícola en la FES Cuautitlán
• Hoy, 22 de febrero se celebra el Día del Agrónomo
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria ocurre cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales.
No obstante, según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018”, el número de individuos que padecen hambre en el mundo continúa en aumento: en 2017 la cifra era de 821 millones.
Ante la situación, el sector agropecuario y los profesionales en el área buscan alimentar a una población en constante y rápido crecimiento, sin descuidar la biodiversidad: se busca gestionar los recursos naturales de manera sustentable en un planeta cada vez más agotado.
En esta tarea, los ingenieros agrícolas son pieza clave, pues su objetivo es optimizar los recursos involucrados en el proceso de producción de alimentos, tales como suelo, agua y clima, logrando establecer diferentes paquetes tecnológicos de acuerdo a los factores físicos, químicos, biológicos, económicos y sociales que presentan las diferentes zonas productivas del sector agrícola del país, destacó Rubén Vargas Márquez, coordinador de la carrera de Ingeniería Agrícola de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
En el marco del Día del Agrónomo, que se celebra hoy, 22 de febrero, remarcó que “como profesionales miramos hacia la parte productiva del país, y los egresados de la Universidad Nacional están preparados con un alto nivel académico y práctico para aprovechar racionalmente los recursos naturales, para así fomentar la sustentabilidad de los sistemas actuales de producción agrícola”.
Profesión noble
Desde que el hombre dejó de ser nómada y se dedicó a la agricultura como medio de subsistencia, y hasta la actualidad, se ha interesado por el conocimiento del suelo, el clima y las plantas. Esta labor se ha concretado en la agronomía como ciencia aplicada al campo.
Es una de las profesiones más nobles y en un futuro tendrá mayor auge por los cambios en el clima, en los hábitos de consumo, socioeconómicos, de las nuevas tecnologías aplicables al sector agrícola y de las nuevas aplicaciones en las técnicas agronómicas, dijo el universitario.
Los aportes de esta profesión tienen tres vertientes: promover el desarrollo agrícola del país; impulsar la tecnología en este ámbito, como la mecanización de los cultivos; y establecer sistemas de producción en los diversos agroecosistemas de nuestro territorio, subrayó.
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