En conmemoración del Día de la Agricultura Nacional, debemos reconocer el trabajo de quienes llevan alimentos saludables a nuestra mesa.
El otro día leí una frase que le acuñan al geólogo Arthur Smith: “la agricultura no es, en verdad, un negocio; es una ocupación”. Pensé entonces en lo fascinante que resulta porque, efectivamente, además de alimentar a la población mundial, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 2.5 mil millones de personas dependen de ella.
La agricultura acompaña a la humanidad desde sus inicios, e incluso, marca varios hitos en nuestra evolución como especie. De hecho, en los últimos meses y desde la declaración de la pandemia, nos dimos cuenta del papel fundamental que juega en la vida de todos. La producción y el abastecimiento de alimentos son actividades que no pueden detenerse nunca.
Por eso, en conmemoración del Día de la Agricultura Nacional, que se celebra cada 2 de julio, debemos reconocer el esfuerzo de quienes llevan alimentos saludables a nuestra mesa. El sector de agronegocios es mucho más que algunas compañías fabricantes de insumos; son miles de productores y trabajadores de toda la cadena de valor, que, respetando los nuevos protocolos sanitarios, salen a cumplir diariamente con un mismo deber: la nutrición del mundo.
Es de aplaudir y reconocer el compromiso de todos los que dedican su vida y esfuerzo al campo, que se sienten orgullosos de trabajar la tierra y lo celebran. Esta gran familia agrícola la conformamos desde quienes nos hemos dedicado a nutrir los cultivos, aquellos que transportan los agroinsumos, hasta quienes proporcionan los alimentos al consumidor final.
Las ciudades no pueden existir sin el campo, pero el campo tampoco puede prosperar sin las ciudades; por lo tanto, los consumidores también debemos interesarnos por la agricultura, entender las necesidades de los productores, apoyar las economías rurales y comprar local. ¡Contribuir al resto de la cadena también es nuestra responsabilidad!
Más allá de ser un motor para el desarrollo económico, la agricultura debe ser parte de nuestra identidad y nuestra herencia. Necesitamos más productores para el futuro de la seguridad alimentaria. Por eso, el sector público y privado, los gremios, la academia y el resto de la sociedad deben unirse para hacer crecer el conocimiento del sector agro, impulsar nuevas tecnologías y promover mejores prácticas agrícolas.
El futuro de esta ocupación está en las manos de todos. Asegurémonos que este Día de la Agricultura Nacional sirva para adoptar soluciones que nos permitan alimentar a México de forma responsable y proteger al planeta, con macro y micronutrientes minerales de la mejor calidad.
Según datos del SIAP, de 23 millones de hectáreas disponibles para actividades del campo, solo 21 millones han sido cultivadas, y de estas, únicamente 8 millones utilizan técnicas de fertilización. La agricultura nos da la posibilidad de nutrir al mundo, pero para ello, primero debemos combatir el hambre de los suelos.
El primer gran paso hacia una agricultura sostenible comienza, entonces, con una nutrición de cultivos balanceada, para asegurar una mejor calidad y productividad de las cosechas. Al igual que en las personas, una buena alimentación es la base de una buena salud en las plantas.
En México, la agricultura representa una de las actividades más importantes del sector productivo, activa los 365 días del año con múltiples cultivos, lo cual posiciona en el mundo a nuestro país como el 12° productor de alimentos y el 11° de productos agrícolas. Si queremos mantener o superar esos lugares, es hora de poner la agricultura en el centro del debate y comenzar a hablar también del alimento para las plantas.
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