Los sobresalientes niveles de exportación de berries y pimientos mexicanos a Estados Unidos ya han generado quejas de productores estadounidenses, quienes acusan que el gobierno mexicano ha impulsado la productividad del sector mediante subsidios, por lo que han pedido una investigación. Por su parte, los productores mexicanos defienden que la productividad lograda es resultado de la inversión y adopción de tecnología que optimiza sus cultivos.

Esta molestia en Estados Unidos se da porque en los últimos 8 años, los envíos de fresas mexicanas a aquel país aumentaron 17.3 por ciento cada año, con un valor de 842 millones de dólares hasta 2019.

Ese nivel de crecimiento es la causa de que México sea el tercer productor mundial de esta frutilla, siendo Estados Unidos su principal destino de exportación, pues a la Unión Americana se envía más de 90 por ciento de lo que se produce en 10 estados de la República, encabezando la lista los estados de Michoacán, Guanajuato, Baja California y Baja California Sur.

En el caso de los pimientos, el crecimiento ha sido de 12.3 por ciento cada año en promedio, por lo que el valor de esta producción alcanzó los 737 millones de dólares durante 2019.

En cuanto a los arándanos, México es el tercer productor mundial, cuando en 2012 era el sexto, mientras que en frambuesa pasó del séptimo al cuarto, según datos de la Sader.

Es por ello que productores estadounidenses ya expresaron su inconformidad por lo que consideran la invasión en su mercado, y el Departamento de Comercio de Estados Unidos inició una investigación contra varios países, entre los que México es el principal señalado.

Una de las quejas fue que la innovación en la producción mexicana podría haber sido favorecida con subsidios, pero Alfredo Díaz, director de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), señaló que “lo que hicimos fue meternos la mano a la bolsa para sacar el dinero e invertir en tecnología protegida y asumimos riesgo”.

El crecimiento de las exportaciones se debe al trabajo de los agricultores para abrirse mercado y no sólo vender en las centrales de abasto nacionales, refirió también Ignacio Duarte, presidente del Consejo Estatal Agroalimentario de Guanajuato (CEAG).

La agricultura protegida consiste en sembrar dentro de macrotúneles, invernaderos o estructuras de malla sombra en las que se logra controlar el ambiente en el cultivo, lo que mejora la productividad y calidad al estar en condiciones controladas de calor y humedad, además de proteger los cultivos de las inclemencias del tiempo, como lluvias, heladas y granizadas.

Según Ignacio Duarte, presidente del CEAG, a cielo abierto se producían entre 14 y 18 toneladas de fresa por hectárea, pero con el uso de macrotúneles se obtienen entre 50 y 80 toneladas.

A nivel mundial, con 54 mil 150 hectáreas de agricultura protegida, México ocupa el quinto lugar; el primer puesto lo tiene China, mientras que Estados Unidos no figura en el top 5, expresó Alfredo Díaz.

Octaviano Magaña, presidente del Consejo Nacional de la Fresa (Conafresa), aseguró que los productores mexicanos de fresa invirtieron para traer esa tecnología de España.

Por su parte, Alfredo Díaz, director de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC) añadió que también se importó de Israel, además del convenio que tiene la AMHPAC de transferencia de tecnología con la Embajada de Holanda en México, a través del cual ofrece capacitación.

Rubén Medina Niño, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (Sedrua) de Michoacán, pidió respeto e incluir la comercialización del arándano azul dentro del Plan de Trabajo Binacional con Estados Unidos en el T-MEC.

Lo anterior obedece, explicó el funcionario, a que los productores de la frutilla en Estados Unidos pusieron en marcha una investigación a través de la International Trade Commission (ITC), en la sección 201-TA-77 por parte del gobierno norteamericano, el cual consta de una salvaguarda por parte de las autoridades para proteger a su industria, concretamente al arándano, frambuesa y pimiento.

Por lo anterior, Rubén Medina Niño, en reunión virtual ante funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y de México, a nombre de sus homólogos de los demás estados y de los productores, planteó la preocupación ante un posible veto o restricción a estos frutos en el mercado estadounidense, basados en la estacionalidad de cultivos en virtud del crecimiento de las exportaciones mexicanas.

De manera concreta solicitó que este tema sea abordado y se dé solución a través del Plan de Trabajo Binacional enmarcado dentro de los acuerdos del T-MEC, ya que México no ha violado ninguna disposición o ley prevista en el anterior TLCAN; tampoco se han alterado ninguna de sus disciplinas.

Y es que, según el funcionario estatal, la industria de las berries exporta más de 400 mil toneladas a 38 países del mundo, generando más de 2 mil 400 millones de dólares en divisas para el país, lo que coloca a la industria como el tercer producto agrícola más exportado en México.

Debido a estos niveles de producción, la industria genera más de 400 mil empleos directos, además de los empleos indirectos que se generan a través de los proveedores de insumos y servicios. También contribuye a evitar la migración desde las comunidades rurales.

Las posibles demandas que los estadunidenses puedan poner al sector agrícola mexicano en materia laboral bajo las nuevas reglas del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC, no son un tema que preocupe al sector de berries, afirmó la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries).

Según el diario Milenio, el director general del organismo, Juan José Flores García, afirmó: “Estamos preparados pero estamos también siempre alertas. Al final el sector de las berries ya venía trabajando en el cumplimiento de responsabilidad social, no estamos en la lista de los 10 productos mexicanos en donde puede haber trabajo forzoso o infantil, por lo que estamos tranquilos en ese sentido”. Recordó que ya firmado el T-MEC, trajo mayor certidumbre a todos los sectores, así como a otros países para poder establecerse en México; sin embargo, todas las líneas de intercambio deben adaptarse a las nuevas reglas que el tratado tiene y sobre todo prepararse en materia laboral.

“En las berries hemos trabajado en asesoría de productores para que eso (demandas) no suceda, no estamos por fortuna dentro de eso pero no nos confiamos y estamos preparados con el apoyo del Consejo Nacional Agropecuario y la Alianza Hortofrutícola Internacional para el Fomento de la Responsabilidad Social”, señaló.

Expuso que su sector, que engloba la exportación de frutos rojos como arándanos, zarzamora, frambuesa y fresa, trabaja en los lineamientos que se necesitan para conocer las reglas, “y saber que estamos en el cumplimiento que marcan los temas laborales, no solo por el T-MEC sino también para continuar cumpliendo con la regulación nacional que existe”.

“Estamos trabajando como parte de las prioridades de la asociación para concientizar al trabajador, al productor, que no debe de haber no solo el tema del trabajo infantil y forzoso sino discriminación y las reglas principales del tema laboral”, explicó Flores García.

El director general de la Anaberries señaló que dentro del sector de las berries existen 27 empresas exportadoras, que a la vez trabajan con pequeños productores como de zarzamora, que tienen desde la media hectárea hasta el terreno más grande con 20 hectáreas, y “lo mismo es con la frambuesa, fresa, medianos y grandes”.

“Las grandes empresas realmente son las que hay menos. La exportadora hace un esquema de agricultura por contrato, desarrolla productores y apoya a que puedan certificarse, cumplir las responsabilidades con sus jornaleros, y mantener estándares de inocuidad que requieren los mercados internacionales”.

Resaltó que, gracias al apoyo a los pequeños empresarios, el impacto social y económico que sucede en las comunidades donde se desarrollan los berries es muy importante; “se puede seguir la historia que ha tenido la zarzamora en Los Reyes, Michoacán, donde pasaron de caña de azúcar a zarzamora, y otros municipios de esa entidad que también cambiaron de siembra”.

“Es la importancia de este sector, porque hay unos 15 mil pequeños productores que tienen mejor desarrollo y apoyo de las comunidades”, concluyó.

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