La actividad antioxidante que contienen algunos insectos comestibles sería equiparable o superior a la de alimentos famosos por ese motivo.
Ingerir saltamontes o gusanos de seda tendría un valor nutritivo en nivel de antioxidantes similar al del consumo de zumo de naranja o aceite de oliva, según un estudio divulgado sobre insectos y arácnidos, elaborado por un grupo de científicos de la universidad italiana de Teramo.
“Los insectos comestibles son una excelente fuente de proteínas, ácidos grasos poliinsaturados, minerales, vitaminas y fibra“, ha explicado en declaraciones a la revista especializada Frontiers in Nutrition el profesor Mauro Serafini, investigador principal del estudio y profesor de Nutrición Humana de la Universidad de Teramo.
Según el científico, la aportación de su investigación es que “hasta ahora” nadie había comparado “en términos de aportación de antioxidantes” el valor nutritivo de este tipo de seres vivos con el de otros alimentos más “clásicos”.
Para la elaboración del estudio, el equipo de investigadores ha testado una serie de insectos y animales invertebrados considerados comestibles, en los que analizaron sus niveles moleculares.
Los mejores, los vegetarianos
Se eliminaron las partes no comestibles, como las alas y los aguijones, tras lo cual se pulverizaron los ejemplares y se separaron dos partes: la grasa y el resto de materia soluble al agua.
Cada uno de los extractos fue evaluado tanto en lo que se refiere a contenido antioxidante como a actividad para combatir los radicales libres que provocan la oxidación.
“Para tener una perspectiva, usando los mismos parámetros sobre la capacidad de antioxidantes y realizamos pruebas en el zumo de naranja fresco y el aceite de oliva, dos alimentos habituales cuyo efecto antioxidante en los humanos es de sobra conocido”, ha explicado el profesor.
Los extractos solubles de saltamontes, grillos y gusanos de seda demostraron tener los más altos valores de capacidad antioxidantes: hasta cinco veces más que el zumo de naranja. En cambio, los niveles de la chicharra, las chinches acuáticas, la tarántula y el escorpión resultaron ser “insignificantes”.
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