Un equipo de científicos del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnologíca (Ipicyt) creó una formulación 100 por ciento potosina que funciona como bioestimulate de semillas, es decir, que es una sustancia que protege a las semillas de chile, sorgo, maíz y caña de azúcar contra los ataques de hongos, al mismo tiempo que mejora los rendimientos de los cultivos y los protege contra otros patógenos.
Este nuevo producto ha sido llamado IPI-Fórmula y el líder del grupo de investigación es el doctor Sergio Casas Flores, del Laboratorio de Genómica Funcional y Comparativa, del IPICYT.
Los bioestimulantes son sustancias o microorganismos que, al aplicarse a las plantas, son capaces de mejorar la eficacia de éstas en la absorción y asimilación de nutrientes, tolerancia a estrés biótico o abiótico o mejorar alguna de sus características agronómicas, independientemente del contenido en nutrientes de la sustancia.
Los bioestimulantes agrícolas se encuentran entre los productos más antiguos que se vienen utilizando en la agricultura. Siempre ha existido la necesidad de estimular el crecimiento de las plantas para aumentar los rendimientos y, tanto más, cuando el agricultor ve que su cosecha puede verse mermada, sobre todo, después de haber pasado por una inclemencia meteorológica.
El uso del término bioestimulante es más reciente. A partir de la mitad de la década de los noventa empiezan a aparecer artículos y publicaciones mencionando el término bioestimulante y, hasta hoy, el uso de este término ha crecido de manera exponencial.
Sergio Casas Flores dio a conocer que este tipo de productos se denominan bioestimulantes para la agricultura, haciendo uso de microorganismos (bacterias, hongos o algas) o parte de ellos que son benéficos para las plantas.
“Otro beneficio de la IPI-Fórmula es que reduce las enfermedades de la raíz de la planta del chile, conocida como secadera, así como enfermedades de las hojas.
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