El 2020 ha sido uno de los años con la mayor sequía en el estado de Chihuahua de las últimas décadas. De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua, durante el periodo de enero a septiembre, la cantidad de lluvia que se ha presentado en promedio en el estado es de sólo 247 mm, y de acuerdo con estadísticas de los últimos 35 años, se señala que la cantidad promedio de lluvia para este periodo es de 394 mm, es decir, que las lluvias de este año representan sólo el 63% de lo que debería llover en un año con precipitación normal.
Esta información se basa en el promedio general para el estado, incluyendo la zona serrana, que es donde la lluvia es más abundante; sin embargo, en algunas regiones el problema es aún más grave. Por ejemplo, en la región centro del estado, los datos que registra la Unifrut para la estación Quinta Lupita en el municipio de Cuauhtémoc, señalan que durante el período de enero a septiembre del presente año, sólo se ha registrado una precipitación de 113 mm, de un promedio de 353 mm; es decir que en esta región sólo se ha presentado el 32% de lo que normalmente debería haber llovido en este periodo.
Para lo que resta del presente año la situación se ve muy complicada; ya casi termina el mes de octubre y en las primeras tres semanas no se han presentado más lluvias. Faltaría sólo esperar lo que ocurra durante noviembre y diciembre, que son meses con baja precipitación; además de ello hay que tener presente que las lluvias típicas de invierno no son en forma de tormentas, sino de lloviznas, y nieve, y este tipo de precipitaciones generan pocos escurrimientos, a menos que las cantidades de precipitación sean muy altas y además se debe tomar en cuenta que los suelos están muy secos y lo más probable es que absorban toda la lluvia y por ello los escurrimientos que se espera que lleguen a las presas seguramente serían muy escasos.
Otro aspecto muy importante a tomar en consideración es que la precipitación que en promedio se presenta en los próximos meses es la más baja, y seguramente seguirá así hasta que lleguen nuevamente las lluvias de verano del próximo año, en el mes de junio.
Ante este escenario, el sector de la producción primaria del estado podría enfrentar serios problemas por lo que resta del presente año y para el próximo, principalmente para las actividades agrícola y ganadera. Esto obliga a abordar el problema con la mayor seriedad y definir estrategias y acciones para tratar de contrarrestarlo. De no actuar a tiempo, estas condiciones se podrían agravar aún más.
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