El sector agrícola y pecuario de Yucatán va dando muestras de cerrar el año con un PIB creciente.

Si bien la producción de maíz de temporal se vio severamente afectada por la tormenta tropical Cristóbal y se habrán dejado de sembrar o resembrar unas 5 mil hectáreas, en otros productos hay crecimiento.

En la soya se mantuvieron las casi 8 mil hectáreas destinadas a la oleaginosa y en el maíz de riego, el del ciclo otoño-invierno, también se mantuvieron las 2 mil 500 hectáreas.

Los números reflejan un golpe para los pequeños productores tanto en su economía como en su abasto y consumo, pero un alza para la siembra comercial, como es el caso de la soya y el maíz de riego.

Yucatán ha ido creciendo en la siembra comercial por la demanda industrial y pecuaria tanto en soya como en maíz, y es precisamente en esa industria pecuaria donde también ha habido crecimientos en lo que va de este año.

Aun con los pronósticos de que la producción de alimentos se vería afectada por la pandemia y en este espacio advertimos que la afectación sería más bien por la comercialización, son los números los que nos reflejan la realidad.

Un ejemplo es la industria avícola, que lleva un crecimiento nacional de 4 por ciento, pero si se revisa solamente a Yucatán, el alza es de 10 por ciento.

Un crecimiento superior a la media nacional.

Las apuestas de inversión de Bachoco, que con discreción ha ido ampliándose en el suroriente del estado, han dado resultados y la producción ha aumentado, abasteciendo a la península completa y los estados vecinos de Tabasco y Chiapas.

La industria avícola se conforma por negocios familiares que van en las terceras o segundas generaciones. Es una industria consolidada y creciente, que demanda maíz y soya para la preparación del alimento que engorda a los pollos.

Los crecimientos son apenas de enero a julio y aún nos resta la otra mitad del año.

El PIB agropecuario de Yucatán ha sido en los últimos años al alza, y éste no será la excepción, porque también se suma la industria citrícola del sur del estado con las refresqueras y juguera, aunque hay retos grandes como las pérdidas de colmenas de apicultores y de milperos.

El pronóstico es que con las muestras de crecimiento que hay hasta hora, el PIB agropecuario de 2020 cerrará al alza para Yucatán.

Tan sólo en el primer trimestre de este año, el crecimiento del sector fue de 8.6 por ciento.

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